Tomos

domingo, 25 de enero de 2015

En defensa de lo animales

Leyendo esta reseña (buena reseña, por cierto) no he podido evitar fijarme en una de las líneas, que me ha picado un poquito. Esta, en particular:

[El acojonamiento que sufrí con este combate se debió en parte a mi Complejo de Máster (un saludo a Justo Molinaya que vi que un grupo de 5 aventureros se esforzaba para acabar con un solo enemigo (que solo era un animal salvaje, dicho sea de paso) y...]

Bien. ¿Cómo que "solo era un animal salvaje"? De hecho, según la lógica dungeonera, prácticamente TODOS los monstruos son animales salvajes, solo que de una ecología ciertamente peculiar. Creo que este es un problema que D&D nos ha metido en la mollera (repito, soy fan del d20, pero todo tiene sus faltas). En D&D5, un animal salvaje como un león, tiene un VD de 1. Es decir, que es un desafío adecuado para un grupo de personajes noveles. En ese enfrentamiento, se supone que van a a perder quizá un 20% de sus recursos. Pero ya. Bueno, es evidente que esta visión es necesaria si pretendes que tus personajes se acaben pegando con dragones del tamaño de rascacielos de tú a tú, o con demonios salidos del abismo. Pero aún así, me parece que no es ajustado a la realidad para nada. Un león, un condenado león, un bicho más recurrente en la heráldica aún que los dragones, un bicho símbolo de poder y fiereza, un monstruo de tierras lejanas en su tiempo, debería ser un VD 5 por lo menos. Esos bichos tienen una fuerza terrible, unas garras como dagas de acero (y cinco en cada mano, o cuatro), y unos dientes capaces de partir de un mordisco el espinazo de un búfalo. Y cuatrocientos kg de peso. Joder, eso da miedo, sea natural o no.

Lo mismo con los osos, los lobos, los tejones... ¡incluso los perros! Durante siglos esos han sido nuestros monstruos. Vivíamos tan acojonados por ellos que no nos hacía falta imaginarnos mucho más. Aún así lo hacíamos, claro. La típica fanfarronada (o no) de "derrotó a un oso con sus manos desnudas" es una fanfarronada por algo. Son bichos acostumbrados a matar, y que pesan seis o siete veces más que tú por lo menos. No son cosa de risa, son enemigos que deberían acojonar tanto o más que un grifo o un oso lechuza (que en realidad es un oso pero con cara rara). Recuerdo una partida con el sistema Valle donde a los jugadores les asaltó un perro hambriento. Lo mataron en el siguiente asalto, pero causó una Herida a uno de los jugadores. Tenían muy claro que si hubiese sido una jauría, hubieran tenido problemas más graves.

Por eso me parece bien que en RuneQuest los bichos, así en general, sean unos enemigos capaces de poner en serio apuros a un grupo entero. Las historias clásicas están llenas de enfrentamientos de grandes héroes contra animales, siendo los leones y jabalíes los ejemplos más evidentes que se me vienen a la mente, tanto en la historia de Hércules como, por ejemplo, en el Sastrecillo Valiente.

Y como muestra... 

Qué, da que pensar, ¿no?

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