Tomos

domingo, 20 de noviembre de 2016

Animales fantásticos y donde encontrarlos, o la redención de JK Rowling

ATENCIÓN
A lo largo de la presente entrada voy a evitar realizar spoilers/destripes en la medida de lo posible, pero me va a ser imposible no hablar en términos generales de ciertos aspectos de la película, que si bien no desvelan nada de la trama, pueden dar ideas sobre su tono general y generar expectativas. Si eres especialmente quisquilloso sobre estos temas, mejor no sigas leyendo.

AQUÍ YA EMPEZAMOS

Harry Potter es parte de mi infancia, y eso es así. Pero es verdad que nunca me apasionó particularmente (yo era más de Tolkien y Delibes...) y que ni siquiera he llegado a leerme el sexto libro. El quinto fue tan horrible que pasé olímpicamente. De hecho, sería más apropiado decir que La Piedra Filosofal, La Cámara de los Secretos y El Prisionero de Azkabán son parte de mi infancia. El resto... meh, están por ahí. De las películas me encantan la primera y la segunda, pero a partir de la tercera (incluyéndola) no valen un pijo. La cuarta aún tiene un pase.

El caso es que siempre había considerado que JK Rowling era una escritora mediocre que había dado el pepinazo con los primeros tres libros y que luego se había caído del burro para pegarse el costalazo padre (respecto a la calidad literaria de su obra). Y eso aún a pesar de ciertos puntos particularmente buenos, como el propio personaje de Snape o Neville. En particular el universo cinematográfico me había decepcionado muchísimo, como ya he dado a entender.

Por eso, cuando fui a ver Animales fantásticos y dónde encontrarlos, me esperaba una superproducción al uso, con un guión de a, b y c, efectos muy chulos y ya. Menuda sorpresa me llevé.

Animales fantásticos... es buena. De verdad, recomiendo completamente ir a verla, por un buen puñado de razones. La principal, es que la película recupera el espíritu que hizo grande a Harry Potter la primera vez: la maravilla, lo nuevo, lo asombroso. En toda la película se respira ese ambiente maravilloso, esa sensación de un mundo sumergido y mágico justo ante nuestras narices. Eso en sí mismo es un logro. Abandona esas ínfulas de seriedad patéticamente adolescente de las últimas películas, ese aire oscuro y gris que lo envolvía todo para volver a los colores. Sigue siendo oscurillo, pero por fin se alejan de todo ese ambiente deprimente que tanto había calado. E incluso lo siniestro está bien presentado y no resulta artificial.

Se cuelan un par de reivindicaciones, quizá demasiado evidentes, pero que no están mal presentadas (la relación entre los magos americanos y los nomajs/muggles, clara referencia a la política racial norteamericana de la época, el asunto de la pena de muerte...), y quizá el malo resulte bastante evidente desde el principio... pero aún así se las arreglan para sorprenderte. En un uso estupendo del lenguaje cinematográfico, no tardan en llevarte a engaño sobre tal o cual cuestión, desorientándote sobre un par de puntos que luego no se tarda en aprovechar. La película es también divertida, habiendo momentos en los que me reí con ganas (y no soy de los que se ríen con facilidad).

Los actores son soberbios, mención especial al protagonista, Newt Scamander, interpretado por Eddie Redmayne (ese apellido tiene que ser su nombre artístico por narices) que lo clava, y a su secundario/compañero/comic relief Jacob Kowalski. Y es que a día de hoy, un comic relief que es divertido, pero no ridículo, es difícil de encontrar. Además de un personaje al que le coges un montón de cariño. Muchísimo. La protagonista femenina y su seductora hermana no se quedan atrás (muy bien ambientadas, además), y me gustaría resaltar especialmente la relación entre Kowalski y ella (la hermana), realmente preciosa, sensible y maravillosamente interpretada por ambas partes. Esos silencios...

Es verdad, es verdad, hay algunos tópicos, no se salva de todo... pero aún así, evita con gracia la mayoría, y arreglan las situaciones mediante puntos y pequeñas menciones repartidas a lo largo de toda la trama, con lo que las explicaciones, si bien son (por supuesto) bastante fantasiosas, resultan así mismo satisfactorias.

Las criaturas, supongo que principal reclamo de la película, son increíbles. Destilan magia. Las hay mejores y peores, pero todas (menos quizá una...) derrochan imaginación y... bueno, y magia. Bichos invisibles, gigantescos, minúsculos, ambos al mismo tiempo, traviesos, majestuosos, siniestros... Son todas una gozada de ver. Ya os digo que, de todas maneras, hay uno en particular que no termina de convencerme (creo recordar que es el primero que atrapan), pero los demás merecen un premio. Por cierto, que sirven incluso para usarlos en partidas de D&D. Me parece además que mover el foco de este mundo fantástico a nuevos horizontes ha sido todo un acierto, y dejar atrás a Harry Potter (al fin) más aún, permitiendo contar nuevas, puede que incluso mejores, historias. Es loable así mismo que esta película no sea prólogo ni primera parte de ninguna otra, si no una película con identidad propia y una historia con su principio y su final. Aunque, por supuesto, ofrece la posibilidad de nuevas entregas, bien podría ser una película independiente sin secuelas de ningún tipo.

En fin, que la película ha demostrado ser para mi una agradable sorpresa. Salí del cine con ganas de hablar de la película, de comentar detalles, técnicas, personajes y tramas. Y eso es bueno. Salí del cine contento, y con ganas de ver la siguiente. Salí del cine con ganas de recomendarla. Y eso hago. Si podéis, id a verla. Si os gusta Harry Potter (sobre todo los primeros libros) más aún, pero incluso si no sois particularmente adeptos del joven mago, creo que esta será una película que disfrutaréis.

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