Tomos

viernes, 28 de octubre de 2016

Reflexiones sobre el alineamiento

La presencia de alineamientos en un mundo fantástico me resulta positiva. Quizá no aplicada a todos los seres humanos. Al fin y al cabo, Estados hechos de carne y humanos de libre albedrío, con lo que la afiliación a un único alineamiento es poco probable y se encuentra sujeta a cambios. El alineamiento es algo más propio del mundo místico, de lo sobrenatural, que de lo material.

Pero en aquellos casos en los que el individuo goce de una fuerte presencia sobrenatural, o incluso que sea un servidor de dichas fuerzas, el alineamiento viene a cobrar sentido y vigencia. Un paladín goza de poder por ser la representación de un ideal en el miedo material, por entregarse por entero al mismo, así como los clérigos son en realidad portales del poder divino, instrumentos de su voluntad. Podría decirse que una pequeña parte del clérigo está poseída por el dios.

Lo mismo puede decirse de los magos, que extraen su poder de planos más allá de la realidad, y por lo tanto probablemente alienados, o incluso de aquellos grandes héroes que al adquirir el poder suficiente trascienden el límite de lo mortal (al menos lo bastante como para poder pegarse de tú a tú con dragones) y cuyas acciones tienen inmensas repercusiones. Se convierten en agentes activos de la gran batalla cósmica, y por lo tanto deben elegir bando. Incluso si no lo eligen voluntariamente, se descubrirán a si mismos tomando partido de una u otra manera.

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