Tomos

sábado, 29 de octubre de 2016

Tres campañas dentro de una campaña

En la actualidad me encuentro dirigiendo, desde hace ya un año, la senda de aventuras de Kingmaker utilizando el sistema de Nsd2.0, con unos resultados magníficos hasta la fecha.

Esta senda de aventuras de trata de un sandbox, en el que los personajes exploran una región conocida como las Tierras Robadas. Terminando la primera parte de la aventura, los personajes, que se supone han logrado pacificar el Cinturón Verde septentrional, fundan un «reino». Esto inaugura la segunda parte que conforma la campaña: el Gobierno y administración de esta emergente nación. Sin dejar de lado la exploración (aún necesaria para la expansión de la nación), los personajes descubren un nuevo frente de campaña, pues el Gobierno y los acontecimientos propios de un territorio casi pueden considerarse una campaña en sí mismos.

Por último, coincidió poco después que atravesaba yo una fase nostálgica por el buen dungeoneo. La exploración de espacios subterráneos acompañados de un abundante derramamiento de sangre y generosamente regado con tesoro, es uno de los pilares de nuestra afición. Y dado que los propios personajes andaban a la búsqueda y caza de financiación para sus recién adquiridos dominios, aproveché una misión secundaria de la exploración (la localización y exterminio de un nido de dracos) para introducir la entrada a Mur Rohil, una abandonada fortaleza enana de más de dos mil años de antigüedad, plagada de trampas, enemigos, tesoro, misterio e historia...

Se trata de un megadungeon de unos 21 niveles, mapas tomados de Internet pero cuyos espacios han sido rellenados al gusto, con una metatrama que se va desvelando poco a poco, extraños enemigos y tremendos artefactos de poder. La exploración de Mur Rohil ha ocupado buena del tiempo de juego de lis personajes (han invertido algo más de un mes de tiempo del mundo de juego ahí abajo) y aún van por la mitad. Probablemente pase mucho tiempo antes de que descubren todos sus secretos. Este megadungeon conforma pues la tercera campaña dentro de la propia campaña.

Así tenemos tres campañas dentro de una: por una parte, la exploración de las Tierras Robadas, por otra el gobierno de la Nación, y por último la exploración del megadungeon Mur Rohil.

Una de las conclusiones a las que he llegado tras un año dirigiendo en este formato, es que esta estructura no sería posible con cualquier sistema. En el caso de Pathfinder, por ejemplo, los personajes avanzan y ciertos desafíos quedan obsoletos. Tras terminar con las fases de exploración del megadungeon, hubieran obtenido seguramente uno o dos niveles, dejando las fases de exploración de las Tierras Robadas como un mero paseo. Y al revés también, podría resultar, claro. La solución podría ser el clásico autolevel, lo que antes eran unos goblin puede que ahora sean orcos, o puede que ese mago tenga ahora unos cuantos conjuros más... pero es un trabajo extra que uno debe tomarse, y que a veces interfiere con el ritmo o trama que tenías montada.

En cambio, con el sistema Nsd2.0 los personajes mejoran, se hacen más duros, pero os puedo asegurar que una banda de goblins aún puede poner en apuros a un personaje con algo de suerte y astucia.

El propio avance de los personajes es más pausado, con cambios no tan bruscos, lo que genera una sensación más orgánica. Y por supuesto, la clave es que los puntos de vida de los personajes no aumentan constantemente. Sobre los puntos de vida no acumulativos y sus muchos beneficios hablaré en otra ocasión. Todo esto hace que la campaña pueda continuar desarrollándose a muchos niveles, dejar algo en stand by y volver más tarde a ello sin que el desafío se haya convertido en un chiste. Y sin embargo el avance de los personajes es palpable. Al inicio de la campaña necesitaron de caballos, fuego de alquimista y la ayuda de un puñado de soldados para dar muerte a tres trolls. Ahora que poseen mejor equipamieto (mejores armaduras, armas, objetos mágicos...) y son más duros, pueden pegarse de frente contra un grupo de cinco trolls y salir bastante bien parados (por supuesto con el mago y su manos ardientes cerca, y una elaborada y efectiva composición de equipo).

La campaña aún goza de muy buena salud, los desafíos son cada vez mayores y ya han mirado a la muerte a la cara más de una vez. Nuevas amenazas surgen de cualquiera de los tres frentes, ya sea el vecino y ambicioso reino de Pitax, los extraños e insistentes ataques de troles en el sur o las maquinaciones de un poderoso señor bajo la tierra. Tendrán que hacerle frente a todo esto, y a mucho más aún por llegar.

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