viernes, 19 de julio de 2013

¿Quieres pan?


Partidaca la de la semana pasada, peregrinos. Con el mono que llevaba de dirigir retomé los manuales de Dragon Age (del que hice una videoreseña hace poco) y me animé a volver a situar a los jugadores en el adorable e inocente mundo de Thedas.

Los personajes eran los siguientes: Wurm Tronador, un enano de la superficie fugado de Ferelden tras dar matarile a un caballero comandante templario (y a un buen número de otras criaturas sintientes), Falos (de Narnia, también apodado TomTom) un elfo apóstata (mago ilegal) que acompañó a Wurm en anteriores aventuras, que huyó de Denerim al poner en marcha (sin darse mucha cuenta) la rebelión de la elfería, y que siguió sabiamente hacia el norte tras la masacre de los templarios. A estos dos fenómenos les acompañaban Sancho, un aventurero nevarro de gran estatura y fortaleza, y Julia, viajera antivana de cascos ligeros y manos hábiles. Más tarde se les uniría (utebo), un mago del Círculo que decidió huir de él para cumplir el noble objetivo de patearse todos los burdeles de Thedas.



La cosa da comienzo en una taberna, en la frontera entre Nevarra, Tevinter y Las Marcas Libres, donde a raíz de un anuncio deciden partir hacia las tierras del maese Letarius (de Tevinter). Según el anuncio, el maese estaba sufriendo una pequeña rebelión y andaba en busca de ayuda, prometiendo además una jugosa recompensa.

Letarius era un relativamente afamado maese del Imperio de Tevinter, caído en desgracia hace unos años por un percance con un arconte, especialmente cabrónido con sus pobres esclavos elfos. En fin, tras alimentar un poco a la fuerza a un escuálido elfo con una hogaza de pan (lo que daría lugar al lema de la partida: ¿Quieres pan?) marcharon hacia las tierras de Letarius.

Tras una breve entrevista con el maese decidieron tres cosas: la primera, que no les caía bien, la segunda que les saldría más rentable saquear la casa en lugar de cobrar la recompensa y la tercera que el capitán de la guardia no se llamaba Efetes si no Mofletes (y que tampoco les caía bien).

Los elfos rebeldes se refugiaban en un risco en el borde de los dominios del maese, antaño habitado por unos bárbaros expulsados por Letarius, y tras urdir un enrevesado plan para llevarse las armas, el queso y el pan de la guardia (se hacían pasar por amigos de los elfos para hacerse pasar por amigos de los tevineses para ayudar a los elfos), logran ser "capturados" por los rebeldes.

Allí conocieron a su líder, el elfo Thelon, antiguo aprendiz de Letarius, que, curiosamente, tampoco les cayó bien. Tras repartir las armas y la comida (¿Queréis pan?), se ponen al día: sus recursos son escasos (ahora algo mayores), aunque los elfos están motivados. Poseen además una bomba de lirio con la que pretenden echar abajo las puertas y la magia de sangre de Thelon. Y luego están los propios jugadores, capaces de hacer el mismo daño que un volcán en erupción (literalmente, pero ya llegaremos a eso). Thelon les dice que para liberar definitivamente a los elfos y evitar que un futuro maese vuelva a regar esas tierras con sangre, deben conseguir el viejo ídolo al que adoraban los bárbaros del risco.

En fin, por estas alturas entra (utebo) en juego, siendo perseguido por dos templarios. Los jugadores acuden en su auxilio y acaban con los templarios. Pero viendo que están en los límites del Imperio y que tienen dos cadáveres de templarios entre manos, deciden vejarlos y arrastrarlos hasta su campamento, haciendo ver que es Letarius el culpable de su brutal ejecución, y poniendo así la primera piedra de una nueva guerra entra La Capilla y el Imperio de Tevinter (hay que decir que las tiradas acompañaron al propósito). Con un poco más de caos montado y más sufrimiento en camino, los pj se separan para empezar a desarrollar el plan para la destrucción del maese. La antivana utiliza sus célebres artes para seducir a Mofletes y colarse en casa de Letarius y envenenar la comida y demás con Raíz Mortal (alucinógena), mientras el resto del grupo parte hacia las salinas para destruirlas y liberar a los famélicos esclavos que allí se encontraban. Logran montar una escabechina de mucho cuidado tras derrotar en una pelea puño-testículos a un sargento tal-vasoth y liberan a todos los esclavos, doblando así el número de efectivos de los rebeldes.

Los elfos están encantados con estos repentinos aliados. Ya bien armados y alimentados, Thelon prepara el asalto final. Con magia de sangre rasgará el Velo haciendo que demonios de la cólera entren en las mazmorras de la mansión, poseyendo cadáveres y huesos de los cientos de muertos que allí se apilan para ir diezmando a la guardia. Los jugadores entrarán también por las mazmorras para atacar por la retaguardia mientras el grueso de los elfos se encarga del asalto frontal a través de la puerta. Les entrega la bomba "por si las moscas", y les recuerda la importancia del ídolo bárbaro.

Al entrar por las mazmorras descubren que los cadáveres no hacen distinciones entre guardias y pjs, y tienen que lidiar con ellos, sufriendo los primeros daños importantes en la partida. Además se topan con algunos guardias supervivientes atrincherados a los que masacran sin piedad, incluyendo al bueno de Mofletes, al que se le parte el corazón al verse traicionado por su amor de Antiva, amén de unos dracónidos que el maese guardaba como simpáticas mascotas. Bastante mosqueados con Thelon por no avisarles sobre los muertos, siguen adelante. Al llegar arriba descubren que los elfos ya han atravesado las puertas y están aplastando la escasa resistencia que allí encuentran, al grito, ya lema oficial de la revolución, de: "¿¡Quieres pan!?".

Según les cuentan Thelon está ya arriba, dispuesto a enfrentarse a Letarius. Suben rápidamente las escaleras rapiñando lo que pueden hasta llegar a las habitaciones de Letarius, allí están ambos magos, parece que hablando. Al verlos, Thelon interrumpe la conversación y exhorta a los compañeros a unirse a la batalla contra el maese. En ese momento los jugadores tiran la bomba dentro de la habitación.

La terrible explosión destroza los aposentos de Letarius, y por poco acaba con los dos magos (9d6 de daño, un hacha de batalla hace 3d6), pero sobreviven. Thelon, traicionado, ataca a los jugadores y coge el ídolo, pero un hábil jarronazo por parte del nevarro Sancho lo desplaza hasta el suelo, quedando Thelon con  jarrón en las manos (ay, esas proezas). Como sus heridas son graves, no tardan demasiado en darle matarile, momento en el que Letarius, tras agradecerles haber acabado con su antiguo pupilo y mayor amenaza, procede a atacarles. Letarius, a pesar de las heridas, es un enemigo formidable, y logra acabar con (utebo) y la antivana Julia antes de que a los supervivientes se les ocurra destruir el ídolo, a ver qué pasa. Al clavar el nevarro su espada en la figura, un ardiente haz de luz roja emerge del mismo, al momento que la tierra comienza a temblar mientras la casa se derrumba. Letarius parece aterrado y enfurecido a partes iguales y Wurm aprovecha la momentánea distracción para partirle el pecho en dos con su hacha de batalla.

No hay tiempo, la casa se viene abajo. Cogen el bastón del maese y saltan por la ventana... de un segundo piso. Milagrosamente sobreviven (la suerte de mis jugadores no es normal), y al llegar al suelo ven a los lejos el risco se encuentra envuelto en llamas, mientras negras nubes de ceniza se elevan pesadamente hacia el cielo. Por primera vez en su vida, los personajes ven un volcán en erupción. La casa cae, la mayoría de los elfos siguen con vida, y la mayoría de los esclavos liberados se les unen. Se dispersan a los cuatro vientos, hacia las Marcas Libres o Nevarra la mayoría, unos pocos hacia Tevinter, para continuar con la misión de Thelon.

Los jugadores, por su parte, se largan tan rápido como pueden. En breve eso será un hervidero de templarios, que los quieren muertos, los tevinteranos también comenzarán a buscarlos, queriéndolos también muertos. En una aventura han puesto la primera piedra de una guerra, iniciado una revolución socialista élfica y convertido una región al sur de Tevinter en Mordor 2.0. Entre ellos y la Ruina en Ferelden, Thedas no llega a la 10ª edad.

Una última nota: durante la partida el bueno de Crom (que llevaba a Wurm Tronador) acabó creando una fabulosa Tabla de Proezas sexuales a la que dimos abundante uso en la partida. Esperemos que no tarde en subirla en su blog.

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Te la pasare cuando pueda, el mundo merece conocer tal maravilla.

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  2. Y te recuerdo que mis revolucionarios me siguen ahora A MI...pienso armarlos, entrenarlos y tener así tropas para cuando estalle la guerra. Y podamos asaltar lo que queramos.

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    1. No, te tienen por un heroe, pero desde luego no te siguen como un lider. Ni loco te doy tanto poder xD

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