Este finde lo he pasado, como es costumbre cada año por estas fechas, en Babia, una perdida región montañosa de León que todos conocemos mejor por cierta expresión. El caso es, que aquí he acabado formando con un grupo de chavales un pequeño grupo de roleros novatos, pero con gran talento, a los que dirijo una partida (y alguna más si se puede) cada año. El primer año tocó D&D3.5, el segundo Dragon Age, el tercero Valle (como dejé registrado en esta entrada) y ellos probaron por su cuenta la Marca del Este. Este año he decidido salir un poco de la temática tan mata-mata y he decidido jugar con ellos al que es sin duda uno de mis juegos favoritos, y con el que hacía mucho, demasiado, que no jugaba: el Anillo Único.
Las virtudes de este juego han sido ensalzadas por este humilde escriba y peregrino incontables veces, pero nunca suficientes. Si os gusta, os apasiona, Tolkien, como es mi caso este es vuestro juego. Fabuloso en todas sus mecánicas, magistral en su ambientación, soberbio en su puesta en escena. La traducción podría ser mejorable y la edición tiene algunas erratas, pero ello no merma en absoluto la molonidad de esta obra maestra de los juegos de rol que es El Anillo Único. Y pensando sobre este juego, me di cuenta de que hay juegos que, yo al menos, sería capaz de jugar durante una vida entera sin cansarme jamás de ellos (o eso creo ahora). Y ya que tengo el blog algo parado en los últimos tiempos, y cualquier excusa es buena para sacar una entrada, me he decidido a hacer una lista de los mismos.
Estos son mis juegos para toda la vida: el mundo bien podría desaparecer, que mientras me queden jugadores, mesa, dados, papel y estos juegos poco me importará.
Para empezar, uno del que ya he hecho anuncio: El Anillo Único. Como ya he dicho, si te gusta Tolkien este es un imprescindible. Las aventuras son infinitas, y sus suplementos maravillosos, tienes años para jugar una sola campaña, llevando a tus jugadores desde la Derrota del Dragón hasta la Guerra del Anillo, y si no te falta imaginación incluso más allá. Estoy deseando que saquen nuevos suplementos para extender la geografía y la cronología (y para ver las estadísticas de los Nazgûl, qué demonios). Además, me parece la perfecta mezcla entre juego indie y clásico, con sus aspectos (oficialmente Rasgos) que tienen gran relevancia en la narración y un estilo de juego mucho más enfocado a la narración que al combate. Como un buen juego de la Tierra Media debería ser. Además, que es lo mejor de todo, la "subida de nivel" de los personajes no es en absoluto rápida, y se contempla la posibilidad de sustituir viejos y cansados aventureros por sus herederos cuando a estos se les pasen ya las ganas de aventura, lo que hace sencillo mantener una campaña durante años sin que la escala de poder de los personajes se salga de madre.
Seguimos con otro que es sin duda un clásico en esta casa: el sistema Nsd20. Sí, no es exactamente un juego, pero ahí está la gracia. Es que son cientos. Con este sistema, del que hemos hablado también bastante (ejem), podemos crear infinidad de mundos, escenarios y personajes. Su sistema, tan modular, facilita además enormemente la aplicación de reglas caseras, y me parece que añade el realismo justo a lo dungeonero sin perder parte de su espectacularidad. La relativamente lenta mejora de personajes (al menos comparándolo con otros sistemas d20, aunque este no lo sea) lo hace también ideal para extensas campañas.
Otro, descubierto hace poco, es la Puerta de Ishtar. Este me vale tanto como juego como sistema. Como juego, está repleto de emocionantes posibilidades. Creo que jamás podría quedarme sin ideas respecto a este juego. Las amenazas acechan por todos lados en Kishar, por todas las esquinas aguardan parajes misteriosos, leyendas antiguas, horrores perdidos y los dioses saben qué más. Como sistema, me parece ideal para narrar historias. En g+ ya comenté lo bien que me sabía este sistema para campañas apocalípticas, y la verdad es que se me ocurren muchas más ambientaciones en las que funcionaría más que bien. El tema de las escaramuzas, como seguro habré repetido en alguna ocasión, es oro puro.
La Marca del Este no puede quedarse fuera de la lista. Por su simplicidad, por su carencia de ambiciones más allá de entretener y divertir tanto como pueda (y es seguro que es mucho), por la sencilla nostalgia que su ambientación transmite, esa en la que todo cabe. Idear aventuras es tan sencillo como respirar, y diseñarlas tan divertido como jugarlas.
De forma similar a la anterior, pongo a Pathfinder. Aunque requiera considerablemente más esfuerzo que con la anterior preparar las aventuras debido a su complejidad táctica, esa misma complejidad táctica es dada por su enorme cantidad de opciones y posibilidades (no en vano es el heredero del extensísimo D&D3.5, que tanto creció gracias a la OGL). Es una inmensa caja de herramientas para dirigir (y jugar) todo tipo de aventuras épicas (y épicas han de ser, porque con el nivel de poder de los personajes no hay muchas más opciones). Si te gusta la fantasía épica, con enormes dragones, ciudades en el cielo y artefactos de inimaginable poder, este es tu juego. Si lo que quieres es jugar a a Warhammer, donde los personajes caigan como moscas y la más mínima muestra de magia sea ya motivo de asombro... bueno, digamos que hay opciones mejores.
Bueno, estos son los míos. Como podéis comprobar, es la fantasía lo que más me tira, especialmente la fantasía épica. Estos no son los únicos juegos que dirigiría en mi vida, me gusta la variedad y me gusta tener a tiro todas las opciones posibles y probar cosas nuevas de tanto en cuanto. Pero si tuviera que quedarme con cincon, sin duda serían estos.
Supongo que habrá gente con distintas opiniones, y la verdad es que me gustaría conocerlas todas. Si os sentís con ánimo, dejad en los comentarios vuestros 5 juegos para toda una vida. No hace falta que los expliquéis, solo mencionarlos basta.
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