jueves, 10 de octubre de 2013

El Ansiado Final

Ya está, todo ha terminado. Sin embargo, creo que el mundo debe saber la verdad, debe saber lo que aguarda en las tinieblas. Al menos merece una oportunidad de prepararse para lo que se avecina. 

Como iba diciendo, encontramos la salida, y dimos con un lugar que estaba construido por manos humanas. No fue hasta que avanzamos un poco más cuando me di cuenta de por qué el lugar me resultaba tan familiar. Esa arquitectura extraña, casi sin sentido, los extraños símbolos, figuras carentes de toda lógica... 

Aquello era el Guggenheim. 

Así es, el artefacto me había trasladado hasta los túneles secretos (ya no tanto) que se extienden bajo tan terrible edificación. Por supuesto que la arquitectura nos resultaba "extraña" u "original", es la arquitectura propia de un templo erigido a mayor gloria de un dios exterior, el At´hletc. A la luz de tal descubrimiento no pudimos si no sentirnos sobrecogidos por el terror: lo de que Bilbao es capital mundial y zarandajas semejantes no son simple fanfarronería, es que pretenden convertirlas en un hecho. En medio de nuestro espanto fuimos descubiertos por un guardia del museo, que se lanzó sobre nosotros profiriendo esos inhumanos aullidos. Acabamos con él, pero en breve aparecieron más, y a estos los siguieron otros. Logramos huir, y comenzó la larga persecución a través de toda la ciudad que al fin ha culminado hoy.

He descubierto una verdad terrible, he perdido a muchos compañeros, pero quizá haya valido la pena si con esto logró advertir al mundo sobre el horror que pende sobre él. Sin embargo, esta no es mi guerra, el culto de Set ya es suficiente adversario para mí, otros héroes deberán encargarse de Bilbao. He decidido guardar el artefacto bajo llave hasta que descubra cómo utilizarlo, pues mi imprudencia se ha pagado con demasiadas vidas.

¿Cuánto tiempo queda hasta que los horrores del At´hletc, encerrados en la infraoscuridad de Bilbao salgan a la luz a devorar el mundo? Quién sabe, pero me gusta pensar que las vidas de los hombres muertos allí abajo entre alaridos de locura no se perdieron en balde, que realmente logramos hacer algo, marcar una diferencia, por pequeña que fuese. Quiero pensar que es así.

En memoria de Manuel, Charles, Kevin, Lara, Bill, Joseph y Guerra.

En fin, ahora que he vuelto todo vuelve a la normalidad, continuaré con mis habituales entradas y demás. Si alguna vez vuelve a pasar algo de esto disculpadme; la seguridad del mundo tiene un precio.

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